Desde hace unos años nuestra forma de consumir televisión ha cambiado drásticamente. Si en los años setenta toda la familia estaba encantada con una televisión en blanco y negro, ahora el nivel de profesionalización supera lo que nadie había imaginado.
La principal diferencia entre la televisión tradicional y la televisión consumida a través de plataformas como Netflix o HBO está en que antes tú no podías elegir lo que veías. Es decir, podías elegir una película, o un programa, de entre los 10 canales de la televisión. Ahora, sin embargo, disponemos de un catálogo prácticamente infinito de contenido audiovisual que podemos ver cuándo y dónde queramos, sin anuncios y por un módico precio al mes.
Para que esto se dé han influido muchos factores, entre ellos, la democratización de internet, el auge del contenido en Youtube y la creación de plataformas de consumo de productos audiovisuales en streaming.
Lo que hizo que diéramos el doble salto mortal a las plataformas en streaming fue la llegada de Netflix a España en octubre de 2015, hace ahora cuatro años.
La compañía fue creada en Los Gatos, California, en 1997. En sus inicios Netflix era un videoclub virtual. Hartos de tener que pagar un sobrecoste por no entregar la película a tiempo, Reed Hastings y Marc Randolph, decidieron crear este negocio de comercio electrónico en el que los usuarios alquilaban una película a través de internet y ellos mandaban el DVD, por correo postal, a la casa del cliente final.
Diez años después de su creación, en 2007, Netflix lanzó su servicio de streaming. Ya no había que esperar para consumir el contenido elegido, no era necesario estar yendo a mirar el buzón a cada rato, sino que se podía hacer de manera inmediata y sin salir de casa. En este momento es cuando la compañía comienza a expandirse en otros países. El servicio de envío postal de DVDs continuó, pero solo en Estados Unidos.
Actualmente, Netflix tiene presencia en más de 190 países. Cuenta con 158 millones de suscripciones. En España, el catálogo tiene más de 1.160 series y 2.359 películas. En el catálogo estadounidense se pueden ver 1.844 series y más de 4.000 películas.
Ahora bien, podría pensarse que el servicio de la plataforma de streaming, por ser totalmente a través de internet, ofrece exactamente los mismos contenidos en todos los países. Esto no tiene nada que ver con la realidad. Netflix no ofrece los mismos contenidos en todos los países, de hecho, el catálogo de EEUU tiene casi el doble de películas que el español.
¿Por qué el catálogo de Netflix cambia en función del país?
En esto influyen varios factores. Puede ser lógico pensar que, al ser una empresa creada en Estados Unidos, el catálogo allí sea más extenso. También hay que tener en cuenta que este país sigue siendo el líder mundial en cuanto a la creación de contenido audiovisual.
Entre los factores que hacen de cada catálogo un mundo están:
- Preferencias regionales. Cada sociedad es diferente y, por eso mismo, es preciso adaptar el servicio a cada lugar. El contenido que interesa en Pakistán puede no ser el mismo que interesa en Reino Unido. Con lo cual, parte de la selección de contenidos de cada país depende de qué es lo que su población quiere ver o tiene interés por ver. No tiene sentido ofrecer series o películas que no interesan a la mayor parte de la población.
- Derechos de autor. Aquí pueden darse dos escenarios. El primero es que haya varios titulares de esos derechos. Esto puede provocar que una película hecha en un estudio de EEUU sea comprada y exhibida en América Latina y no en EEUU. El segundo escenario es que simplemente los derechos no estén a la venta en un país concreto. Esto haría que pudiera verse un título en España, pero no en Irlanda porque allí no están a la venta los derechos.
Esto es lo que ocurre cuando las películas y series son producciones ajenas a la compañía, pero ¿qué sucede cuando es Netflix el que produce su propio contenido?
Actualmente el servicio de streaming tiene los derechos totales de Orange Is The New Black, Stranger Things, Dark, Black Mirror o La Casa de Papel, entre otras muchas. Es decir, este contenido no debe tener problemas de derechos de autor, ya que todo pertenece a Netflix. No obstante, según explican desde la empresa, hay países en los que no se pueden visualizar estas series porque cuando se crearon Netflix no estaba disponible en ciertos países y, por tanto, no hay derechos de emisión en esos países, ya que no se ha podido garantizar su licencia.
Sería absurdo pensar que se puede ver el mismo contenido en España que en México, ya que el contexto social es diferente, los intereses son diferentes y la población es diferente. Quizá la globalización haga que dentro de unos años las sociedades sean cada vez más homogéneas y, seguramente, el catálogo de Netflix se adapte a ello sin problema.