Daniel Broncano es el fundador y director del festival de delicatessen musicales Música en Segura.

Daniel es músico profesional formado en el Conservatorio Superior de Música de Madrid y en Londres, en estudios de clarinete. Ha trabajado con la Orquesta Nacional de España, la de la Comunidad de Madrid, la Southbanck Sinfonia, Royal Philarmonic Orchestra y la BBC Concert Orchestra. Ha obtenido galardones como el Making Music Award for Young Artists o el British Clarinet and Saxophone Society Competition y ha actuado en diversos recitales de Reino Unido, Francia, Italia, Alemania o Estados Unidos.

Ha sido profesor de clarinete y, además de dirigir el festival de la sierra de Segura, ha sido director del WAVELENGTH, festival en Leiden.

Desde IGECA hemos hablado con él para saber más sobre el festival de Música en Segura, cómo surgió la idea de llevar a cabo este proyecto en la sierra de Jaén y qué perspectivas de futuro tiene.

Música en Segura músicos actuando 2 Antonio Rubio

Música en Segura - Músicos actuando - © Antonio Rubio

¿De dónde surge la idea de poner en marcha esta iniciativa?

Surgió en 2013. Yo me había ido a estudiar clarinete a Londres y allí vi que hay muchos proyectos musicales y culturales, en general, en cualquier sitio, cualquier pueblo pequeño. A partir de ese momento, rescaté un sueño que tenía yo de adolescente que era que hubiese un festival en Segura de la Sierra, que es la localidad por encima de Orcera (mi pueblo).

Siempre imaginé que algún superhéroe de la música clásica tendría a bien descubrir mi pueblo y hacer un festival. Digamos que, ese espíritu bastante emprendedor y aventurado que hay en Inglaterra, me sirvió como inspiración para valorar más el entorno tan espectacular que es Segura de la Sierra y lanzarme de una forma un poco alocada a hacer conciertos en Segura.

Justo por estar más lejos me surgieron más ganas de hacer algo aquí, siguiendo un sueño adolescente un poco difuso.

Daniel Broncano presentación festival musica en segura

Daniel Broncano en la presentación del festival Música en Segura

Una vez que decides que lo vas a llevar a cabo, ¿por dónde empiezas?

Empecé, de hecho, por hablar con una empresa de turismo musical inglesa, que se llama Holiday with Music. Es una empresa que monta festivales en pueblos de Italia, Francia y, a la vez, llevan melómanos a grandes citas musicales y festivales. Cuando hablé con ellos la idea les gustó mucho y trajeron un grupo para la primera edición en 2014. Eso fue un apoyo fundamental al principio.

Al mismo tiempo, comencé a hablar con la administración local, el Ayuntamiento de Segura de la Sierra y la Diputación Provincial de Jaén, que recibieron la idea con total escepticismo. Algo que puedo comprender porque yo era un chaval de 25 años que no había hecho nada de gestión cultural y con una idea de hacer un festival de cinco días, en medio de mayo, que podía ser un éxito, pero también un total fracaso.

Desde el principio estuve hablando también con el entramado empresarial de aquí, los apartamentos para alquilar, los restaurantes, etc. Ellos sí miraron la idea con bastante curiosidad y de los mayores apoyos en los comienzos fueron un restaurante y unos apartamentos turísticos.

Fue algo muy pequeñito, una apuesta totalmente personal, y lo sigue siendo. Ha ido recabando poco a poco apoyos, pero sigue siendo un proyecto que surge con un motor muy personal.

¿Habías iniciado, o participado, en otros proyectos de gestión cultural? ¿Pensaste en algún momento que acabarías siendo gestor cultural?

Nunca. Hice una asignatura de gestión cultural en Atocha, en el Conservatorio Superior de Música de Madrid, que me había dado cierta idea, pero nunca había hecho nada. Todo lo que estoy aprendiendo lo hago trabajando. Me he ido formando leyendo y siguiendo muchísimas cosas, pero no he tenido formación específica.

No pensé que acabaría trabajando como gestor cultural. Mi viaje personal con Música en Segura viene siendo así. Es algo que empezó como forma de crear mis propios conciertos, fue avanzando más, generando conciertos y oportunidades para otros. Y luego, indirectamente, creando oportunidades para mí, en otros sitios, como gestor cultural. Es una profesión que he descubierto que me gusta mucho y me hace utilizar otras partes de mi cerebro que, como intérprete, no usaba y que me da mucha energía también.

¿Por qué se decidió realizar el festival concretamente en Segura de la Sierra? ¿Alguna vez se ha pensado en mover el evento por otros pueblos “perdidos” de Jaén?

Es un sitio obvio. Yo nací en Orcera, que es el pueblo de debajo. Segura de la Sierra es uno de los pueblos más bonitos de España, es un sitio espectacular. Está a 1200 metros de altitud y es un pueblo que se ha ido despoblando en las últimas décadas. Actualmente, tiene 150 habitantes, pero es una localidad histórica importante y cualquier persona del mundo que viene aquí entiende por qué se hace un festival. Tiene belleza para los de la comarca, la provincia o los que vienen de Nueva York, da igual, es una belleza universal. Está en medio del parque de Cazorla, Segura y las Villas, es una localidad que, poco a poco, se va haciendo turística, pero sigue siendo muy tranquila, no es Frigiliana o Mojácar. Está apartada de todo, hay que venir expresamente, no se pasa cerca. Es como un pequeño diamante oculto que la hace es un sitio genial para hacer el festival como hacemos, además, en temporada baja.

Esto es fundamental, y es uno de los principales objetivos del festival, traer riqueza a través de la música y proporcionar acceso a la cultura en una comarca que está super aislada, a la que le faltan recursos de todo tipo y que, prácticamente, no tiene ningún empleo.

Hacemos conciertos en más pueblos de la comarca. El festival de mayo, que este año se canceló, es el festival grande, y se hacen conciertos en Orcera, Siles o las Huertas de Segura. Por otro lado, la seña de identidad del festival es la música y es Segura. Se pueden hacer festivales y conciertos en muchos sitios, pero nuestra marca y nuestro branding es Segura.

¿Cómo acogieron los vecinos de Segura de la Sierra la primera edición?

Muchos con muchísima alegría y satisfacción. La primera edición trajo, por un lado, un público que venía de lejos, este grupo de 40 ingleses que venían, exprofeso, para esto y a los vecinos les dio mucha alegría que se hiciese algo así. Acogieron a músicos en sus casas y participaron muchísimo. Fue todo gente del pueblo y de la comarca que, además, apoyaron el festival con crowdfunding y que enraizó mucho desde el principio.

Con el tiempo el núcleo de apoyo se ha ido expandiendo de la comarca a un público nacional, que viene de muchos sitios de España. Al principio sí era una comunidad muy local y este grupo de ingleses, luego se ha ido haciendo más nacional.

equipo musica en segura

Equipo de Música en Segura - © Óscar Romero

¿Has podido ver un crecimiento exponencial de público año tras año?

Total, claro. Exponencial hasta que ha dejado de serlo este año y hay que ver qué futuro es posible, pero sí. De hecho, en 2018 todos los conciertos del festival de mayo estaban llenos y, a partir de ahí, decidí hacer una segunda parte en noviembre, para seguir expandiendo el impacto del evento en otras épocas del año. En otoño del año pasado funcionó también muy bien.

La ruta este año pasaba por seguir expandiéndonos. Al final, Música en Segura, no es solo un festival, por eso desde el principio apostamos por música y por Segura, y el proyecto acaba de nacer y está en fase de crecimiento total, pero lo pensamos más allá de un solo festival en mayo.

Ya en 2020 teníamos planteado la residencia artística, que se hizo en febrero, el festival de mayo, que se canceló, otros dos conciertos en julio, el festival de noviembre, que se hace y, además, se han traspasado conciertos de mayo a noviembre, otro concierto en diciembre… es un proyecto que va bastante más allá de una sola fecha.

La edición de mayo es más grande y se juega mucho más con la diversidad de localizaciones, con espacios exteriores, con hacer conciertos en plena naturaleza, se juguetea más con eso. Hacemos excursiones musicales, concierto de amanecer que hacemos en una aldea, entre otros.

En noviembre es un poco más convencional, se hacen los conciertos sobre todo en la Iglesia de los Jesuitas, que ya no es una iglesia sino un recinto monumental que funciona como salón cultural.

El año pasado había público que vino en primavera y que quería venir también en otoño por conocer la sierra en otra época del año. Hay personas que no pueden venir en primavera y, como conocen el festival, vienen en noviembre, eso funciona muy bien. Especialmente, teniendo en cuenta que es un entorno muy rural donde nunca se van a hacer eventos masivos. Nunca va a haber una gran concentración, la expansión pasa por hacer más actividad a lo largo del año y no por hacer un evento super masivo en primavera.

En el dossier de prensa he podido leer que se realizan excursiones musicales, ¿en qué consiste esto exactamente?

Se camina junto a los músicos, que realizan varias paradas para tocar a lo largo de la ruta. Los artistas van con botas de montaña y se juega también a relacionar el repertorio que tocan con cualquier aspecto que podamos o queramos. Es uno de los formatos bastante propios que da lugar a mucha interacción entre el público e intérpretes. Los asistentes están felices de caminar, sobre todo en primavera, que es la época dorada aquí en la sierra. Caminar, este ambiente de compañerismo unos con otros y poder hablar con los músicos da mucho juego.

¿Cómo ha sido la adaptación a la covid-19? ¿Qué supuso tener que cancelar la edición de mayo?

Cancelar la edición de mayo ha supuesto tener un futuro incierto a todos los niveles, financieramente, sobre todo. Supuso hacer actividades online en primavera, hicimos ya desde abril conciertos en streaming en directo con varios artistas y también un taller vocal.

Nosotros hicimos eventos de pago, que creo que fuimos uno de los primeros festivales en apostar por este modelo que, por desgracia, no es tan efímero y que vamos a tener que mantener otro año. Se basa en compaginar el público presencial con el streaming y yo personalmente creo que esto no debe ser gratuito porque no es modelo sostenible que la cultura se consuma gratis.

Hemos hecho siete conciertos desde casas de los músicos, que tuvieron una respuesta buena por parte del público y un impacto en medios. Eso ha ido construyendo un poco lo que vamos a hacer ahora en noviembre.

Son nueve conciertos desde la Iglesia de los Jesuitas, con un público presencial reducido, porque solo puede haber 90 personas. Esperamos que alcance a muchísimas más con un streaming bastante trabajado en el que invertimos mucho, con contenido exclusivo y una presentadora de Radio Clásica que viene solo para introducir los conciertos, entrevistar a músicos y hacer vídeos que luego solo se puedan ver online.

La idea es utilizar eso como una preparación para mayo del año que viene, que doy por hecho que no se va a permitir un aforo completo y para seguir manteniendo nuestro nivel de impacto hay que apoyarse mucho en el alcance de medios digitales.

¿Estáis invirtiendo y trabajando más en el entorno online que en propio festival presencial?

Sí. La parte presencial solo queda gestionar muy bien el protocolo de seguridad, tanto de artistas, como del público y el equipo. Esto supone una reducción de taquilla muy grande y, a la vez, montar todo esto para que solo lo vean 90 personas en la iglesia es un poco inútil. Si no se llega a más gente no tiene sentido hacer nada porque es mucho trabajo.

A medio plazo, en 2021, creo que la situación va a ser parecida a ahora, con picos mejores y picos peores, pero parecida. Si conseguimos tener más alcance, incluso, cuando en el futuro haya más normalidad en todo esto, la difusión online será una buena herramienta para nosotros. Es justo un festival que se basa mucho en la localización y en venir aquí, pero veo muchas oportunidades en lo digital para, todavía más, difundir nuestra marca y nuestra imagen y hacer publicidad de lo que significa este evento. Es una forma de provocar a la gente ganas de querer venir aquí cuando se pueda.

Música en Segura músicos actuando Antonio Rubio

Música en Segura - Músicos actuando - © Antonio Rubio

¿Qué perspectivas de futuro tiene el festival?

Yo quiero presentar toda la programación para 2021 antes de que acabe este año. Especialmente porque cuando hubo que cancelar la edición de mayo de 2020 se habían vendido muchísimas entradas y abonos para primavera. Pedimos al público que los mantuviese, salvo que tuviesen necesidades muy urgentes, entonces ofrecemos directamente un canje para todos los conciertos futuros de Música en Segura.

Esta es una forma de hacer que sea sostenible. En 2021 se quiere apostar por hacer actividad repartida en más momentos del año, justo teniendo en cuenta que no se puede tener el mismo aforo que en ediciones pasadas. A lo mejor plantear un calendario un poco diferente el año que viene, haciendo alguna actividad musical en verano o algo así.

Actualmente es muy difícil programar. La programación artística tiene que hacerse con mucho tiempo para poder contar con los artistas que quieres, pero no sabes lo que va a pasar el año viene. No se puede estar pensando en la Filarmónica de Berlín. Hay que pensar en cosas que actualmente se puedan hacer y si luego se pueden vender más entradas mejor, pero saber que con la difusión online sería viable y con impacto suficiente y apostar por eso sin estar viviendo del sueño y de la esperanza de que mejore todo de golpe.


Web Música en Segura: musicaensegura.com


Entrevista realizada por Silvia Panadero, para el blog de IGECA.