Saioa Asensio, profesora de piano y educación infantil además de diseñadora de interiores, es la fundadora y directora de Buc Espai Musical, un centro dedicado al aprendizaje, interpretación, creación y producción musicales a través de la experiencia y alejado de cánones tradicionales. Situado en el gerundense municipio de Banyoles, el Buc se basa en una metodología creativa tanto para aprender lenguaje e instrumentos musicales como para desarrollar proyectos.
Desde que arrancase su andadura allá por 2017 no han parado de crecer. El local, los profesores y las actividades no son los habituales en una academia de música, y ésta parece ser su fórmula del éxito.
Saioa Asensio. Foto: Nausica Volta
P- ¿Cuáles fueron los motivos para desarrollar un proyecto como éste?.
R- Comenzó como un proyecto personal. Llevaba ya un tiempo desarrollando pequeños proyectos en diferentes instituciones, dejando migas por acá y por allá, y se me ocurrió establecerme en un lugar propio, donde ocuparme personalmente de la gestión de un trabajo donde complementar todo aquello que consideraba que faltaba en los sitios que habitualmente trabajaba. Muchas veces me quedaba con ganas de hacer otras cosas, o de hacerlas de otra manera. Es injusto que parte de la gente que quiere hacer música no pueda porque falta esa otra manera de abordar el aprendizaje musical. Estaba muy decidida y me moví rápidamente buscando el local, solicitando todos los permisos, licencias, planos, altas de actividad, autónomos… fue lanzarme a la piscina yo sola, pero encontré más músicos que pensaban como yo.
P- ¿Cómo os disteis a conocer y cómo lo hacéis actualmente?.
R- Lo que mejor funcionó fue el boca a boca. Alumnos con quienes ya había trabajado se apuntaron, y ellos a su vez hablaron del Buc con otras personas. Poco a poco fuimos creciendo y funcionando por recomendación hasta este año, en que por primera vez nos hemos publicitado. Cuando me encuentro con gente que me dice “yo siempre he querido tocar el piano, pero me da respeto…”, los animo a que vengan a una clase. Hay veces que no es necesario estudiar un montón de años para hacer lo que quieres, y también estás haciendo música. Hablo de alumnos que no sabían que un piano tiene teclas de dos colores y en poco tiempo estaban tocando. No todo el mundo necesita lo mismo, no se tienen los mismos objetivos ni se necesitan los mismos tiempos.
P- ¿En qué se diferencian los modos de aprender en el Buc de los habituales en una academia de música?.
R- Cada persona tiene sus temas, su creatividad y su manera de aprender. Yo puedo sugerirles que hagan esto o lo otro en función de esa creatividad o esa forma de aprender, pero si alguien lleva uñas de gel XXL y es feliz tocando el piano, no soy nadie para decirle que no lo haga. Queremos que todos disfruten haciendo música. Tenemos alumnos diagnosticados con déficit de atención, síndrome de Asperger o rigidez muscular, que también quieren aprender y aquí lo hacen como el resto, de un modo individualizado y personal, atendiendo a sus gustos y siguiendo sus ritmos.
P- Tú te has formado de un modo académico, ¿por qué apuestas por un aprendizaje tan diferente?.
R- Quizá porque yo soy algo indisciplinada a mí me fue bien la disciplina académica. Siempre tuve claro que piano requería una gran dedicación, pero me gustaba y me esforzaba, a pesar de que siempre eché de menos lo que yo consideraba realmente interpretar una pieza. No cabían las licencias. En el conservatorio aprendí mucho, pero la creatividad se quedaba en la puerta.
Por suerte todo ha cambiado, los conservatorios han evolucionado y hay muchas escuelas de música. En el Buc no se establecen programas anuales dependiendo de los niveles, hay un programa para cada persona, independiente de cursos o edades. Es imprescindible un aprendizaje individualizado. Se tiene en cuenta los gustos y lo que cada uno quiere hacer, y a partir de ahí se trabaja en base a lo que a esa persona le funciona. En la música, como en todas las artes, la creatividad es primordial, es lo que te hace pensar y entender las cosas.
P- ¿Qué recursos empleas para adaptar las enseñanzas al “método Buc”?.
R- Nuestro primer recurso clave es nuestra propia metodología, basada en la observación y la paciencia. Adaptar el aprendizaje a cada persona según sus capacidades, necesidades y sus objetivos, un programa para cada alumno. Creemos por encima de todo en la experimentación. Los instrumentos han de estar al alcance de cada persona tenga la edad que tenga y esté en el curso que esté. Lo primero que enseñamos a los niños es que los instrumentos no son juguetes y que se tienen que tratar bien, pero pueden tocar todos los que quieran. No puedes imponer un instrumento a nadie, la elección debe basarse en la experiencia propia. Es más, a ti puede gustarte un instrumento y no encontrarte cómodo tocándolo. Primero hay que elegir qué instrumento te gusta más y luego, antes de comprarlo, probarlo. Nunca he entendido aquello de “quiero que mi hijo toque tal instrumento”. El otro recurso principal es trabajar la creatividad. Con los más pequeños creamos bandas sonoras para acompañar imágenes, escenas, cuentos… Los mayores elaboran temas propios. Está bien que nos marquen qué hacer, pero no todos nacemos creativos y es bueno entrenar.
P- ¿Cuál es la oferta formativa?.
R- El primer año empezamos con sensibilización musical para niños, piano y violín. Más tarde incorporamos lenguaje musical, porque entendemos que es importante comunicarte tocando, lo que derivó en combos para adultos, una manera divertida y práctica de aprender a tocar con otros músicos. Hay muchas personas adultas que no tienen un grupo, pero tienen ganas de aprender a tocar con gente. Últimamente hemos incorporado guitarra, bajo, contrabajo, batería y percusión, que no, no son lo mismo, producción y canto.
P- Hay que decir que cada vez ofrecéis más enseñanzas, ¿en qué criterios os basáis para implementar nuevos cursos?.
R- Tenemos en cuenta lo que nuestros alumnos demandan por encima de todo, y trabajando esa experimentación constante, una especie de inercia nos lleva a ampliar la oferta. Los grupos de piano, batería y guitarra surgieron de un modo natural y siguen siendo los que más interés despiertan, pero explorando a partir de ahí muchas veces se abren otras posibilidades. Por ejemplo, producción es mucho más que enseñar a grabar, hay que trabajar la creatividad, la composición, pensar en otros instrumentos, quitar o poner aquí o allá…
P- ¿Cómo os afectó la crisis sanitaria?.
R- A pesar de que estuvimos cerrados casi cuatro meses no lo hemos llevado mal. De hecho, durante los meses más duros nos contactó más gente para apuntarse a nuestros cursos. Después de verano de 2020 también sufrimos algún que otro cierre intermitente. Pero precisamente por nuestra filosofía de aprendizaje, no encontrábamos sentido a dar clases online. Tanto con niños como adultos entablamos relaciones que a menudo pueden denominarse de amistad, entendemos que así puedes abrirte más, porque a veces tocar es algo muy íntimo. Mientras no se podía dar clase se ha mantenido un feedback constante con los alumnos y lo han agradecido, a ellos también les parecía poco natural un método no presencial. Adaptarnos a las nuevas medidas sanitarias no ha sido difícil. Casi todas las clases son individuales o de grupos muy reducidos en circunstancias normales, así que no ha habido que dividirse ni modificar horarios, y, afortunadamente, contamos con un local muy grande y bien ventilado, así que los cambios se han limitado a la desinfección de instrumentos y por supuesto distancia social, mascarilla y lavado de manos.
P- ¿Cómo crees que se plantea el futuro de las enseñanzas musicales?. ¿Consideras competencia YouTube o los cursos online?.
R- Hay mucha gente que no tiene tiempo o no quiere pagar unas clases presenciales y creo que internet está muy bien. De hecho, tenemos alumnos que nos cuentan que aprenden a través de alguna aplicación y lo complementan con nuestros cursos. Pero ellos mismos saben que cuando aprenden a tocar una canción en YouTube no están aprendiendo a tocar un instrumento.
Aquí pueden tocar una canción adaptada a su modo de interpretar, la comunicación es en dos direcciones, no se limita a un tutorial grabado. Adaptamos las partituras a las necesidades de las personas, quitamos o ponemos notas, cambiamos la tonalidad. No todos los vídeos les funcionan, pero lo del Buc sí.
Buc Espai Musical. Foto: Eloi Roure
P- ¿Qué significa “Buc” y por qué ese nombre?.
R- Mientras organizaba todos los trámites antes de abrir le daba muchas vueltas al asunto del nombre, y de repente un buen día, no sé por qué me vino a la mente y lo tuve claro. En catalán un buc es un compartimento donde se hace algo: un buc de grabación, un buc de batería. También es una colmena, donde las abejas hacen miel. Me gustó esa asociación entre espacio, música y miel.
P- Precisamente el espacio no es nada común. Al cruzar la puerta he tenido la sensación de entrar en una casa, supongo que un ambiente así no es producto de la casualidad.
R- Busqué un sitio cálido, con encanto, casi como estar en casa, para tocar y para crear. Pensé sobre todo en los niños, les influye mucho. Casi todo lo que yo he conocido han sido aulas frías, con luz fría, sin personalidad, cuatro paredes blancas con unos fluorescentes, y tenía claro que no quería un sitio así. Hay personas a las que les da vergüenza, por ejemplo, equivocarse mientras tocan, y a la luz de un tubo fluorescente sientes que toda la atención está sobre ti, es todo más tenso. Entrar en el Buc invita a quedarte, a tomar un café o un chocolate si quieres. Tenemos sofás y una chimenea, en un ambiente así todo fluye. La música requiere un entorno que te invite a estar cómodo, relajado, con una iluminación muy concreta. Y creo que lo hemos conseguido.
P- ¿Cuáles son vuestros proyectos de cara a la nueva normalidad?.
R- Sin duda volver a hacer conciertos, aunque los más inmediatos sean pequeños por las normas vigentes. Es lo que más echamos de menos alumnos, profesores y público. También queremos seguir desarrollando la producción y para ello estamos trabajando en ampliar nuestro estudio de grabación.
Fotos: Nausica Volta, Eloi Roure
Web de Buc Espai Musical: elbuc.com
Entrevista realizada por Elena González Talledo, alumna del Curso Universitario de Especialización en Periodismo Cultural.