En el artículo Teatro de calle: historia y definición, explorábamos los orígenes de un tipo de teatro que reivindicaba sus raíces históricas para interpretarse en la calle, un lugar perfecto para aprovechar el trasiego y convertirlo en una experiencia cultural muchas veces inesperada.
Para completar nuestra serie dedicada al teatro de calle, desde IGECA nos hemos puesto en contacto en el Festival Temudas (Teatro, Música y Danza) de Las Palmas de Gran Canaria, que en su edición de 2021, celebrada recientemente, cumplió nada menos que 25 años ofreciendo al público canario algunas de las mejores compañías de teatro de calle del mundo. Nuestro objetivo fue colarnos entre bambalinas y entablar una breve conversación con Kanbahiota, una de las compañías que participan en la programación de este año con su espectáculo La Rueda.
Kanbahiota es una compañía madrileña fundada en 2002 que se inspira directamente en el mundo del circo para crear sus piezas, las cuales incluyen acrobacias y técnicas aéreas. En La Rueda, la compañía reflexiona sobre la monotonía que muchas veces invade nuestras vidas, la cual nos absorbe en una «rueda» en la que volvemos siempre al punto de partida, y de cuya inercia es difícil salir.
Hablamos con Abraham Pavón, miembro de la compañía, sobre el papel del teatro de calle como agente de cambio social y otras cuestiones interesantes.
Con el proyecto + Que Circo, Kanbahiota ha llevado sus espectáculos a lugares como Palestina y a campamentos de refugiados como el de Idomeni, en Grecia. ¿En qué medida el teatro de calle tiene un componente de transformación social?
El teatro de calle y el teatro en sí, y también el circo, son herramientas sociales de expresión y de generar esperanza y vida, en general. El teatro, el circo y, en definitiva, cualquier forma de arte, son formas de expresión de la cultura de todos los pueblos.
¿Cómo involucra Kanbahiota al público en sus espectáculos?
Eso depende del espectáculo, ya que algunos tienen más participación que otros. En el caso de La Rueda, por ejemplo, lo que se busca es generar un impacto visual y emocional. En otros espectáculos que tenemos sí sacamos al público a que interactúe con nosotros, ya que la interacción es un clásico dentro del teatro de calle. Siempre resulta divertido ver cómo reacciona la persona que se presta voluntaria al «compromiso» al que le sometemos.
Imagen de La Rueda, de la compañía Kanbahiota, fundada en 2002.
A diferencia del entorno seguro de un teatro, la calle es un entorno «duro» para las artes escénicas, repleto de ruidos, sorpresas y distracciones. ¿Cómo se preparan los artistas para poder llevar a cabo el espectáculo con éxito en unas condiciones tan «diferentes»?
La calle, al no ser un espacio «teatral» donde la gente simplemente está sentada, es un entorno difícil, pero por contra ofrece otras cosas positivas, como por ejemplo el poder incorporar lo que ocurra a tu alrededor al propio espectáculo. En el teatro de calle tienes que tener el radar puesto para saber aprovechar lo que se genera en ese espacio para hacer de cada actuación algo único; ese es su valor añadido como arte.
¿Cómo ha afectado la actual crisis de covid a la compañía? No solo en cuanto a la limitación de giras y fechas, sino también al cambio de condiciones del propio espectáculo.
Ha afectado profundamente a todos, si el mundo del circo, «el hermano pobre de las artes», ya era un sector precarizado, ahora la pandemia ha hecho aflorar aún más esa precariedad que se venía temiendo desde hacía muchos años, no solo para los artistas sino también para los técnicos y todos los profesionales del sector.
En cuanto al desarrollo del espectáculo, ahora podemos volver a sacar voluntarios a escena, pero hasta hace poco no podíamos hacerlo debido a las medidas sanitarias. Entonces nos hemos tenido que adaptar como hemos podido o directamente lo hemos quitado del guion, ya que no puedes interactuar físicamente con el público.
El universo del circo posee un lenguaje muy antiguo y a la vez, atemporal. ¿Cuál es su papel en una sociedad como la actual, obsesionada con los móviles y la tecnología?
El circo es una de las artes más internacionalistas que hay, en el sentido de que en él siempre se han mezclado distintas nacionalidades entre sus artistas. Esto para mí siempre ha sido un valor muy importante a destacar dentro de un mundo que es cada vez más global, pero a la vez más complicado.
Entrevista realizada por Beatriz Pérez, para el Blog de IGECA.
Agradecimientos: Mónica Hidalgo (Festival TEMUDAS), Abraham Pavón (Kanbahiota).
Imagen de portada de Kanbahiota.
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