La capacidad de carga turística es un tema en boca de todos, ya que pone de manifiesto algunos de los mayores problemas de nuestra era: la masificación y la sobreexplotación de los recursos turísticos. ¿No crees que ya va siendo hora de gestionarlos con más responsabilidad?

La Alhambra, los Museos Vaticanos, la Catedral de Sevilla… Ya sea como gestores culturales o como turistas, todos hemos sido testigos de lo que supone un destino turístico desbordado. Es por ello que queremos compartir contigo un concepto fundamental para gestionar el flujo de visitantes de manera óptima, la capacidad de carga turística.

Qué es la capacidad de carga turística

Qué es la capacidad de carga turística

En realidad, el concepto que nos ocupa es una derivación de la llamada capacidad de carga ambiental. Por tal entendemos la cantidad máxima de visitantes que admite un ecosistema sin comprometer el bienestar de su flora y fauna.

Podemos definir la capacidad de carga turística (CCT) como el número máximo de turistas que un espacio puede albergar sin llegar a deteriorarse por ello. Es decir, este concepto cuantifica de manera exacta cuántas personas caben en un destino turístico: más allá de dicho límite, tanto los recursos como la propia experiencia turística resultarán perjudicados. 

Si bien puede parecer un indicador sencillo y comúnmente aceptado, lo cierto es que existen tantas definiciones de este término como autores que se han dedicado a estudiarlo. Así, algunos incluyen la sostenibilidad medioambiental y otros mencionan elementos temporales, por ejemplo.

Es fácil entender el significado de la capacidad de carga turística con ejemplos de lo que sucede cuando este límite se rebasa. ¿Te imaginas que un museo acogiera más visitantes de los que debiera? El riesgo para las obras expuestas en él sería evidente y los visitantes vivirían una experiencia museística empobrecida, entre otros muchos inconvenientes (problemas de convivencia, contaminación, desgaste de las instalaciones…). ¡Sería la viva imagen de un destino turístico insostenible!

Tipos de capacidad de carga turística

Es importante tener en cuenta que la capacidad de acogida turística es un concepto pluridimensional que abarca múltiples facetas. De hecho, cada una de ellas posee su propio umbral. Es la interrelación de dichas perspectivas la que dará como resultado la CCT global.

  1. Dimensión ecológica: se refiere a la conservación de los recursos naturales (agua, aire…).
  2. Dimensión física: atiende al mantenimiento de los recursos artificiales, es decir, equipamientos e infraestructuras (por ejemplo, los transportes, los alojamientos…).
  3. Dimensión económica: determina hasta qué punto pueden desarrollarse actividades turísticas sin mermar el desarrollo de las funciones locales (por ejemplo, el impacto en el mercado laboral).
  4. Dimensión psicológica: comprende una doble vertiente: cómo afecta el turismo a la población local y cómo perciben los propios visitantes su experiencia.
  5. Dimensión política: examina la mayor o menor capacidad de gestionar el turismo por parte de los poderes públicos.

Cómo se determina la capacidad de carga turística de un espacio

La metodología más empleada a la hora de determinar la concreta capacidad de acogida turística es la elaborada por el biólogo costarricense Miguel Cifuentes en 1992. 

Pasos previos para análisis de la capacidad de acogida turística

  1. Analizar la legislación aplicable.
  2. Analizar las actividades que se pueden desarrollar o no en el área.
  3. Zonificar el área y analizar su situación.
  4. Examinar las posibilidades y conflictos del espacio, ya sean presentes o futuros. 
  5. Identificar factores físicos, ambientales o sociales que influyen en el lugar.

Niveles de la capacidad de carga turística

Este método distingue tres niveles interconectados de CCT: Capacidad de Carga Física (CCF), Capacidad de Carga Real (CCR) y Capacidad de Carga Efectiva (CCE). Teniendo en cuenta que:

CCF > CCR ≥ CCE

  • CCF: cuántos individuos pueden visitar un espacio turístico durante un día. Este nivel no toma en consideración daños de ningún tipo: solo el espacio físico, el horario de apertura y la duración de las visitas.
  • CCR: restringe el CCF con base en diversas consideraciones (factores meteorológicos, sociales, accesibilidad, etc.).
  • CCE: es el resultado de limitar el CCF conforme a las restricciones impuestas por el CCR. Nos indica el número máximo de visitantes que puede soportar un espacio sin ser dañado. 

A todo ello hay que añadir la Capacidad de Manejo (CM), que permite tener en cuenta características decisivas del espacio (infraestructura, personal y equipamiento). Dichas variables se valoran conforme a criterios de cantidad, estado, localización y funcionalidad, expresándose en un porcentaje que se valora conforme a una escala de calificaciones.

La ecuación que nos revelará cuál es la capacidad de acogida turística de un espacio es:

CCE = CCR x (CM/100) 

Sin embargo, llegar a ella no es un proceso breve ni sencillo. Es por ello que resulta indispensable capacitarse para determinar dónde está el límite del turismo sostenible.


Verdaderamente, las instituciones culturales necesitan con urgencia profesionales capaces de calcular correctamente la capacidad de carga turística.