El turismo circular responde a los retos que atraviesa el sector turístico actual. Ciertamente, el sector turístico aún tiene que recuperarse del daño infligido por la pandemia, debiendo, además, satisfacer la creciente preocupación medioambiental de los viajeros. ¡Con razón este novedoso concepto está dando tanto de qué hablar! 

A estas alturas, nadie duda de la importancia que tiene el turismo para el desarrollo económico y cultural de los agentes implicados. Sin embargo, tampoco podemos ignorar los graves perjuicios asociados a la masificación turística (gentrificación urbanística, deterioro medioambiental, desgaste del patrimonio cultural...). ¿Nos dará la circularidad turística el equilibrio que tanto necesitamos?

Recientemente, en el blog de IGECA, hemos tratado cuestiones como el concepto de capacidad de carga turística. Hoy, hablamos sobre el turismo circular.

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Qué es el turismo circular

El turismo circular es un modelo turístico orientado a proteger el patrimonio cultural y el medio ambiente de los destinos visitados. Con él se pretende brindar una experiencia turística más responsable, sostenible y auténtica, lo que redunda en beneficio tanto de los viajeros como de las comunidades receptoras.

Resulta obvio que la circularidad turística constituye una vertiente de la llamada economía circular. Es más, con ambas tendencias se busca aprovechar los recursos disponibles de tal forma que el entorno se menoscabe lo menos posible. 

La circularidad del turismo y de la economía se propone combatir el impacto negativo causado por los modelos lineales (tomar recursos naturales, fabricar, consumir y tirar). A fin de cuentas, la insostenibilidad de estos últimos es sobradamente conocida.

Características del turismo circular

  1. Recursos renovables. Entendemos que el turismo circula bien cuando utiliza energías limpias (como la solar o la eólica). Ello resulta aplicable a todos los aspectos de la actividad turística (por ejemplo: transporte, alojamiento, marketing…).
  2. Diseños circulares. Una vez que un producto o servicio cumple su función, debe aprovecharse de nuevo, bien se ha reutilizándolo o reciclándolo. De este modo, se logra reducir la generación de residuos contaminantes.
  3. Sostenibilidad de los modelos de negocio. Las empresas deben reinventarse para crear sus productos y servicios a partir de otros preexistentes. La reutilización, el reciclaje o el sharing resultan clave para lograr dicho cambio.

Cuáles son las 3P del turismo circular

Es importante tener en cuenta que la circularidad turística se asienta sobre las llamadas 3P: Politics (Política), Places (Lugares) y People (Gente). Las mismas determinan los puntos en los que se debe incidir para materializar los objetivos propios de este modelo turístico.

  • Politics (Política)

El elemento político hace referencia al papel que juegan los gobernantes dentro de la sostenibilidad turística. Puede adoptar diversas modalidades (campañas para concienciar sobre el consumo responsable, subvenciones a las energías renovables, etc.).

Desde luego, no podemos entender que el turismo circula bien si no existe suficiente apoyo normativo. Así, a pesar de ser la menos tangible e inmediata de las 3P, las empresas deben presionar a los poderes públicos para lograr su compromiso en temas medioambientales.

  • Places (Lugares)

Con esta P nos referimos al destino geográfico que actuará como destinatario de la actividad turística. La circularidad aquí se relaciona con elegir los destinos más próximos para ahorrar recursos en el desplazamiento. Otro tanto sucede con preferir los lugares dotados de mayor eficiencia energética o de un entorno particularmente resistente.

Es en esta P donde el tema que nos ocupa entronca más fuertemente con la economía circular. No en vano, la actividad turística puede hacer mucho a la hora de promover la economía local (por ejemplo: consumo de artesanía y gastronomía autóctonas).

  • People (Gente)

Es la piedra angular de la circularidad turística. Al fin y al cabo, cada viajero debe apostar individualmente por la responsabilidad medioambiental para que podamos concluir que el turismo circula bien. Naturalmente, dicho cambio de mentalidad también alcanza a los empresarios del sector turístico.

Cómo afecta al patrimonio cultural

Al promover una relación menos agresiva con el entorno, es fácil ver que el turismo circular ejerce una influencia beneficiosa sobre el patrimonio cultural. Ello resulta aún más evidente si lo contraponemos con la masificación propia del modelo turístico lineal.

  • El turismo de proximidad permite reducir la fuerte presión turística que registran algunos destinos. De este modo, se logra darle un "respiro" a su patrimonio cultural, mejorando a su vez la experiencia vivida por los viajeros. 
  • El mantenimiento y la seguridad de museos o monumentos se hace mucho más arduo y costoso cuando estos soportan un incesante trasiego de turistas. Ergo, un modelo turístico que priorice la calidad sobre la cantidad de visitantes, lo tiene todo para ser el fiel aliado del patrimonio cultural.
  • Al cuidar el medio ambiente, la circularidad turística también influye de manera positiva en el patrimonio cultural. Así, no podemos pasar por alto que los altos niveles de contaminación se encuentran entre las principales causas del deterioro sufrido por monumentos y edificios históricos.

No cabe duda de que el futuro de las explotaciones turísticas pasa necesariamente por cumplir las exigencias del turismo circular.